Entre las causas del bruxismo se incluyen el estrés emocional, la ansiedad, la tensión muscular, la mala alineación de los dientes, una mandíbula mal posicionada, la apnea del sueño, el consumo de ciertas sustancias como la cafeína y el alcohol, y algunos medicamentos.

Existen varios tratamientos para el bruxismo, que incluyen el uso de protectores bucales para evitar el desgaste de los dientes, la terapia cognitivo-conductual para reducir el estrés y la ansiedad, y los medicamentos para relajar los músculos de la mandíbula. En algunos casos, la medicina estética también puede ser útil para tratar el bruxismo.

Utilizamos la neuromodulación del músculo para relajar y corregir las arrugas de expresión del tercio superior (entrecejo, frente y patas de gallo), pero tiene otros usos “off label” (no reconocidos en ficha técnica) como por el ejemplo pueden ser el bruxismo.

Son muchos los casos derivados por odontología cuando incluso con férulas de descarga no se pueden controlar los síntomas y con neuromodulación del músculo conseguimos relajarlo y mejorar a nuestros pacientes.