El “Sprouting ” es el fenómeno FISIOLÓGICO por el cual, tras paralizar los músculos con un tratamiento de eliminación de arrugas, el organismo detecta ese “fallo de contracción” e intenta “repararlo” .
Cuando esto ocurre, nuestro sistema neuronal inmediatamente se pone en marcha generando unas “ramitas colaterales” que intentan llegar a la zona donde se unen receptores y neurotransmisores para restablecer esa conexión y por tanto la contracción.
Este proceso fisiológico dura 3 meses de media independientemente del neuromodulador utilizado para realizar el tratamiento de minimización de las arrugas de expresión del tercio superior (frente, entrecejo y patas de gallo), ya que como hemos dicho, el proceso es fisiológico.
Sin embargo, puede haber pacientes en los que el proceso se produzca algo más rápido o más lento dependiendo de varios factores, pero en ningún caso será conveniente inyectar antes de los 4-5 meses (normalmente indicamos 6 meses).
¿Por qué? Porque si inyectamos cuando el músculo aún se está recuperando de ese Sprouting, podemos generar un “Sprouting precoz” que haga que a nuestro paciente le dure el efecto del tratamiento todavía menos
Además del fenómeno Sprouting, en el efecto de este tratamiento hay otros factores totalmente dependientes de cada paciente que solemos explicar en consulta.